La demanda y disponibilidad de energía, el aumento de sus costes, así como el impacto de su generación y uso en el clima son problemas globales acuciantes. Como impulsores de alrededor del 2-3 % del consumo energético mundial y del 1,4 % de las emisiones de carbono, los operadores de telecomunicaciones sienten una creciente urgencia por encontrar soluciones. Y seamos claros: el desafío es cada vez más desalentador. En los próximos diez años, se espera que el consumo de 5G en la industria se duplique o incluso se triplique.
Para ser justos, la eficiencia energética no es una preocupación nueva para las empresas de telecomunicaciones. Sin embargo, como muchas otras industrias, los operadores de telecomunicaciones de hoy están reaccionando a los aumentos masivos en el consumo de energía debido a la innovación tecnológica y las nuevas aplicaciones, al mismo tiempo que compiten para abordar una crisis climática y una perspectiva que parece empeorar día a día. Nuestros clientes de telecomunicaciones están respondiendo con la urgencia adecuada y nos buscan cada vez más para ayudarlos a administrar el uso de energía de su red.
Con ese fin, recientemente publicamos un white paper que analiza varias estrategias de administración de energía a corto y largo plazo para la red de acceso de telecomunicaciones. Parte de la orientación puede parecer obvia, pero con demasiada frecuencia se pasa por alto, por ejemplo, dando prioridad a los rectificadores de alta eficiencia, que pueden mejorar la eficiencia del centro hasta en un 5-6 %. De manera similar, muchos sistemas de potencia en corriente continua (CC) modernos están equipados con modos de ahorro de energía o modos ecológicos que pueden adaptar el uso de energía a la demanda, pero estas funciones se ignoran con frecuencia o no se utilizan en toda su capacidad. Las mejoras en estos ámbitos están al alcance de la gestión energética de las empresas de telecomunicaciones.
El documento también explora estrategias más agresivas adaptadas a centros específicos en función de la ubicación, el clima, la fiabilidad de la red, la disponibilidad de agua, las normativas gubernamentales, el precio de la energía y otras consideraciones que afectan el perfil energético del centro.
Las preguntas sobre el uso de energía y las emisiones de carbono inevitablemente se dirigen a opciones de energía alternativa y, en concreto, a la energía solar. La energía solar es la fuente de energía alternativa más común y escalable. Los sistemas híbridos que la aprovechan son comunes en partes del mundo con redes poco fiables o sobrecargadas: África, América del Sur, Medio Oriente y partes de Asia. Incluso algunas empresas de telecomunicaciones en Europa están comenzando a implementar sistemas de alimentación híbridos respaldados por energía solar.
Hay muchas razones para el repunte en la implementación solar. El precio de la energía solar ha bajado a medida que la tecnología se ha vuelto más madura, hasta el punto de que es una opción atractiva en áreas con altos costes de energía. Y ese último factor no se puede ignorar cuando se habla de este tema: el precio de la electricidad es un gran impulsor para la adopción de la energía solar u otras estrategias de gestión de energía. La brecha entre esos costes en Idaho (0,08 USD/kWh) y Dinamarca (0,36 USD/kWh) es un abismo, razón por la cual la energía solar sigue siendo en gran medida una ocurrencia tardía en el primero y un componente crítico de la combinación energética en el segundo.
El documento entra en más detalles sobre el uso de la energía solar y varias otras estrategias de administración de energía para el espacio de acceso a las telecomunicaciones. Animo a todos los interesados o con autoridad en la toma de decisiones en el espacio de las telecomunicaciones a descargarlo y leerlo.
¿Cómo aborda tu organización el uso de energía de la red y la huella de carbono?
